Disolución de la unión soviética
desde la perspectiva del Materialismo Cultural
INTRODUCCIÓN
Bajo
la óptica del materialismo cultural se puede llegar a una aproximación que nos
permita entender la caída de ese intento monumental de la implantación de las
teorías del materialismo cultural, el sistema socialista de la Unión Soviética,
y ver que desde un inicio, el resultado no era prometedor, pues se privilegió
el sistema simbólico-ideacional por sobre el estructural y el infraestructural
que pudiera sustentarlo, la política, la burocracia y la administración mal
dirigidas cavaron lentamente la tumba del sistema que deberían haber sostenido
al no cubrir las necesidades de la población a la que supuestamente estaban
para servir, el proletariado que estaba llamado haber sido el líder del
movimiento, y no servirse de ellos para concentrar poder político y económico
en un grupo privilegiado de burócratas miembros del partido oficial. Se
obsesionaron con conservar el poder y bloquearon los adelantos tecnológicos y
el desarrollo de los mismos en el propio territorio, por miedo a que estos pudieran actuar en su
contra, por miedo de que la difusión de la información y el conocimiento
pudiera destronarlos, bloqueando de manera efectiva la mejora en la
productividad e innovaciones que hubiesen garantizado su pervivencia.
EL
MATERIALISMO CULTURAL
El Materialismo Cultural enuncia la primacía de la infraestructura que, entendida
como las prácticas de producción predominantes para asegurar el modo de subsistencia,
articulando esta con la estructura que denota el esfuerzo económico. Este
principio nos dice que cualquier innovación que surja en el campo de la
infraestructura, tendrá mayores probabilidades de preservarse y propagarse
cuanto más eficiente demuestre ser en los procesos productivos y reproductivos,
así como en la satisfacción de las necesidades básicas del hombre (Harris, 2007, pág. 82) .
Establece
un determinismo probabilístico, pues
parece saber el destino del sistema, salvo que no se establece por el
cumplimiento de leyes causales, sino que se puede estipular el camino más
probable en base a la selección entre las opciones posibles de aquella que
resulte más favorable al analizar las consecuencias que elegirla acarrearía. Aunque no todo se puede calcular en función
de las consecuencias, un rasgo que no responde a la probabilidad puede ser
elegido y/o preservado por el grupo en el poder, como es el caso que tratamos
en este ensayo, la Unión Soviética, preservó varios de estos rasgos disfuncionales
o inadaptativos que, al perpetuarse y reforzarse en el sistema contribuyeron a
la caída de una de las más grandes potencias económicas y militares del siglo
XX (Harris, 2007, págs. 82-84) .
Por otro
lado, la superestructura, ese componente simbólico-ideacional, puede ser
empleado para movilizar a la población hacia un cambio sociocultural en la
medida en que contribuya a retroalimentar las condiciones siempre cambiantes de
la infraestructura (Harris, 2007, págs. 85-87) .
DESMORONAMIENTO
DE LA UNIÓN SOVIÉTICA
La
unión soviética, primer experimento de la aplicación de los principios
marxistas modificados –considerando que no se pasó del capitalismo al comunismo,
sino que se saltaron la etapa capitalista pasando de un feudalismo de
transición directamente a un comunismo de estado, autoritario, no liderado por
el proletariado, sino por un grupo burocrático que asumió el poder político y
económico rigiendo desde la cúpula del partido único, el Partido Comunista
soviético (Harris, 2007, pág. 103) – que comenzara con
la Revolución de 1917 y llegara a su fin al término del año 1991,
oficializándola públicamente con la sustitución de la bandera de la Unión
Soviética en el Kremlin con la tricolor Rusa (Sánchez Sánchez, 1996, pág. 284) . Se le llamó el
fracaso del socialismo, de las teorías marxistas, pero difícilmente se puede
considerar como tal tener en cuenta las modificaciones realizadas a la teoría
postulada por Marx; la caída, en todo caso, fue del marxismo-leninismo.
La
URSS comenzó a mostrar resultados contradictorios en el terreno comercial desde
la década de 1970, pues ya comenzaba a ser evidente la desproporción comercial
entre sus exportaciones y sus importaciones; pero la situación se volvió
insostenible a mediados de los 80’s, cuando ya no fue capaz de producir los
bienes de consumo siquiera para satisfacer las necesidades de su población,
menos aún para exportar algo. En el ínterin de este periodo debieron permitirse
las importaciones, sobre todo de equipos industriales y tecnología, pues el
sistema productivo necesitaba modernizarse para mantenerse mínimamente
competitivo, lo que llevó al crecimiento exponencial del endeudamiento hacia el
exterior. Estas circunstancias, aunadas a la ineficiencia de la planeación
central y la enorme red de corrupción que se perpetuaba en un ciclo que se
retroalimentaba de manera constante y consistente, el enorme peso de los gastos
destinados a la milicia, el retraso tecnológico y la desmotivación de la mano
de obra, llevaron a la economía a una crisis insoslayable, que ya no podía
ocultarse más ante el mundo, tocando el final de la década de los 80 y esta
crisis requería una reforma a profundidad, aprobada por el Soviet Supremo en
noviembre de 1990, que incluía cambios tanto en el ámbito económico como en el
político, a tal grado que el Partido Comunista ya no tuvo cabida en el
resultado final. La libertad de
expresión –bajo la forma de política glasnost
para la difusión y cuyos objetivos eran hacer del conocimiento público las
fallas, deficiencias, ineficiencias y corrupción del sistema y terminara
descubriendo que tales problemas eran aún más profundos de lo que el gobierno
pudiera imaginar (Miranda, pág. 143) –, acompañó a la democratización exigida por la
liberación del mercado puso en tela de juicio todos los postulados dogmáticos
del sistema y exhibió sus fallos, colaborando así con su caída (Sánchez Sánchez, 1996, págs. 284-286) .
Ahora,
analicemos un poco más a profundidad las circunstancias que llevaron al
desmoronamiento del sistema socialista en la Unión Soviética, el cómo es que la
crisis económica y de abastecimiento llegó al punto insostenible. La economía política y la planeación desde el
estado fallaron en cuanto a su prospectiva, debido a la elevada burocratización
del propio sistema no pudieron mantenerse al día con los avances en
infraestructura que le hubieran permitido sobrevivir, no tuvieron la visión
para actualizar sus criterios, para adoptar avances tecnológicos, demográficos,
medioambientales y sobre todo económicos.
Los sistemas de producción industrial contaban con maquinaria
ineficiente, anticuada y que pronto quedó obsoleta ante la falta de
actualización y mantenimiento. Había que mantener cuotas de producción, lo que
importaba era la cantidad y no la calidad, para mantener las cuotas dentro de
los niveles aceptables y al mismo tiempo contar con los medios suficientes para
abastecerse, muchas empresas debían bajar la calidad en sus insumos, claro que
también debían considerar en sus costos los sobornos y compensaciones
económicas ilegales que debían ofrecer a funcionarios y proveedores para contar
en tiempo y forma con los materiales necesarios, así como la entrega de la producción
entregada en su destino. Los retrasos en
la entrega de la producción traían como consecuencia el racionamiento, que a su
vez generaba el acaparamiento por parte de los distribuidores y productores,
que guardaban una parte para utilizarla como pago por favores y otra para
abastecer a sus familiares y amigos, fortaleciendo así las redes de
reciprocidad internas que mejoraban sus posibilidades de subsistencia ante un
régimen que promovía explícitamente el bienestar para todos y que en la
práctica concentraba los beneficios en un selecto grupo, dándose la
informalidad en un espacio donde lo formal resulta ineficiente; ahí es donde se
encuentra el caldo de cultivo propicio para su florecimiento y perpetuación,
pues el intercambio informal tiende a generalizarse cuanto más sea la escasez
de los bienes y servicios que se intercambian y cuanto más fuertes sean los
controles que pretende ejercer el sistema para evitarlos, ya que
Cuanto más se formaliza, regula y
planifica burocráticamente un sistema social que … no satisface las necesidades
de la sociedad, tanto más suelen crearse mecanismos informales que escapan al
control del sistema (Adler Lomnitz, 1994, pág. 137)
Pero,
cuando la situación de escases se mantiene por mucho tiempo el intercambio
informal, la economía subterránea, se
autoperpetua hasta el punto en que ya no se puede distinguir si se trata de la
consecuencia o de la causa de la ineficiencia del sistema, no favorece a que se
mejore la planificación central y sí al deterioro del sistema pues va en contra
los valores y la ideología del mismo (Adler Lomnitz, 1994, págs.
152-153) .
Y
cómo es que resultaba tan poco eficiente la planificación, para comprender eso
hay que considerar que la planificación central la llevaba a cabo la nomenklatura, una élite de
administradores poco enterados de la realidad, que fijaba las cuotas de acuerdo
a expectativas irreales e irrealizables que hicieran “quedar bien” al sistema y
no en las posibilidades y necesidades reales, incrementando a discreción las
cantidades que, de acuerdo a sus metas, debían seguir creciendo de manera
proporcional al tiempo y el crecimiento poblacional, sin proporcionar
incentivos a los trabajadores que al cubrir su cuota recibían sus bonos de
producción, pero estos no se incrementaban si producían más, por lo que las
empresas se veían forzadas a proporcionar datos poco verídicos que cumplieran
las normativas impuestas (Adler Lomnitz, 1994, págs.
154-155) .
CONCLUSIONES
El
sistema de comunismo estatal que pervivió en la Unión Soviética por poco más de
setenta años llegó a su fin, y este resultaba previsible desde el análisis del
materialismo cultural, pues durante su desarrollo se privilegió el enfoque
político-ideológico por sobre los más importantes, la infraestructura que
permitiera el crecimiento y la economía que, aparejada al anterior y aplicados
ambos a los medios de producción apuntalaran la sustentabilidad del proyecto
nacional.
La
ineficiencia del sistema ante la solución a los problemas y necesidades
nacionales se ciclaba y perpetuaba en la corrupción y la economía informal que
permitía conseguir por medios ilícitos aquello a lo que no se podía tener
acceso bajo la normatividad establecida por el sistema.
El
descontento social ante las condiciones de vida que se tornaban cada vez más
difíciles sirvió para la movilización intelectual que ante la apertura de las
comunicaciones, diera el golpe final a un sistema que se estaba desmoronando y
a punto de caer de manera definitiva.
BIBLIOGRAFÍA
Adler Lomnitz, L. (1994). Redes sociales, cultura y
poder: ensayos de Antropología. México: FLACSO-Porrúa.
Harris, M. (2007). Teorías
sobre la cultura en la era posmoderna. Barcelona: Crítica.
Miranda, C. (s.f.). El
fin de la URSS, la Glasnost y sus efectos. Estudios Públicos, 163-180.
Sánchez Sánchez, J.
(1996). La caída de la URSS y la difícil recomposición del espacio
ex-soviético. Papeles de Geografía(23-24), 283-298.
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